En un contexto de constantes transformaciones y nuevos aprendizajes, la gestión del conocimiento se ha vuelto crucial.
Yendo más allá de la conocida como formación continua, la gestión adecuada del conocimiento empresarial aporta valor a las empresas y los equipos humanos, además de fomentar la innovación y ofrecer un trampolín para que se logren los objetivos previstos. Analizamos cómo.
La gestión del conocimiento (o Knowledge Management) incluye todas las acciones orientadas a detectar, organizar, almacenar y difundir información útil dentro de una empresa u organización.
Así, la gestión del conocimiento reconoce que existe un conocimiento colectivo en la organización sobre operaciones internas y externas, y que éste es la base para lograr la optimización y eficiencia de multitud de procesos.
Por ello, se diseña toda una estructura para la gestión exitosa del conocimiento empresarial que fomente:
Aunque la incorporación de nuevos empleados es uno de los ejemplos de la importancia de una buena gestión del conocimiento, también juega un papel crucial en el desempeño de tareas diarias.
Se refiere a aspectos como el lenguaje, las habilidades de liderazgo o el reconocimiento entre las personas que forman parte de una organización. Aunque se suele adquirir a través de la propia experiencia, puede ser articulado y transmitido a través de un buen sistema de gestión del conocimiento.
También te puede interesar: Gestión del Cambio y la experiencia del empleado
Tiene similitudes con el conocimiento tácito en el sentido de que resulta difícil de codificar o transmitir. No obstante, en este caso suele referirse a conocimientos relativos a procesos o know-how.
Generalmente almacenado en manuales, informes o guías, es más fácilmente compartido entre los equipos.
Los procesos de gestión del conocimiento suponen la capacitación de equipos humanos, de modo que se optimiza el talento de que ya dispone la empresa. Se incluyen aquí conceptos como upskilling (adquisición de nuevas competencias) o reskilling (formación para el desempeño en nuevos entornos).
Las empresas acceden así a una importante ventaja competitiva en vistas a optimizar su rentabilidad y optimizar el talento humano con el que ya cuenta.
También te puede interesar: Aumentar la productividad y reducir costos con Gestión del Cambio
El trabajo en equipo desempeña un papel fundamental en la gestión del conocimiento en una empresa, permitiendo a los equipos aprovechar y compartir su experiencia y conocimientos colectivos para alcanzar los objetivos organizacionales.
Este concepto se refiere a la capacidad de estar en contacto con las tendencias en la industria y los mercados para detectar oportunidades de negocio. De nuevo, se trata de un pilar clave en el conocimiento empresarial, pues este tipo de inteligencia supone un poderoso recurso para que una empresa prospere.
En este caso, la gestión del conocimiento se materializa en que las organizaciones promuevan la movilidad de sus empleados dentro de la empresa con el fin de que compartan y transfieran sus conocimientos y habilidades.
Al mover a los empleados a diferentes áreas de la organización, se pone en marcha la oportunidad de aprender nuevas habilidades y conocimientos. A su vez, también se potencian la colaboración y la comunicación, además del crecimiento profesional y la retención de talento.
La gestión del conocimiento supone la adopción de nuevas prácticas en una empresa que se refieren directamente a la cultura organizacional. Como cualquier otro proceso que implique transformación, puede verse entorpecida por problemas como la resistencia al cambio o desorganización. Es aquí donde aparece Gestión del Cambio.
Se trata de una metodología que permite a las organizaciones poner en marcha cambios para lograr sus objetivos con agilidad y eficiencia. Se basa en herramientas concretas como el Modelo ADKAR® de Prosci®, que busca gestionar y facilitar el lado humano de las transformaciones poniendo el foco en el cambio individual.
Así, Gestión del Cambio proporciona las estrategias y herramientas adecuadas para impulsar el cambio a nivel individual, logrando objetivos a nivel organizacional.